domingo, 28 de noviembre de 2010

ALGUNOS DE LOS TRABAJOS QUE HE IDO REALIZANDO A LO LARGO DEL TIEMPO


¡¡Cuánto me agrada oír hablar en la facultad de que el arte es vida, que es cosa del alma!! No suele ser frecuente oír esto, pero cuándo alguien del profesorado lo dice, es muy reconfortante. Y si el arte es vida, cada uno nos enfrentamos a él con nuestra mochila personal cargada de determinadas experiencias, vivencias, conocimientos, emociones, sentimientos, nuestra memoria personal…que, indudablemente, afloran en nuestro trabajo. Sigo creyendo que todavía hay personas que sienten lo que hacen, que no están sujetas al mercado, ni a la crítica, que trabajan de manera honesta, que son consecuentes con sus propios principios éticos y estéticos y están al margen –al menos a la hora de plantear el trabajo- de los entresijos de ese mundo externo que mueve el arte.

Mi interés por el arte y, concretamente por la pintura, arranca desde mi infancia. Fue un profesor del instituto quien me animó a que hiciera Bellas Artes. Por aquel tiempo, yo ni había oído hablar de esos estudios. Cuando terminé en el instituto comencé Bellas Artes en Sevilla, a comienzos de los años 70 y tuve que dejarlo. Desde entonces mi interés y mi necesidad vital me han ligado a la pintura, que he trabajado de manera interrumpida con períodos de mayor y menor actividad, debido a mi condición de ser mujer. No lo digo por justificar nada, simplemente por hacer referencia a la realidad. Si entendemos que el arte es vida, es cosa del alma, también es lógico pensar que va unido a las circunstancias vitales de cada persona.

Como casi todos, en período de la primera formación, comencé pintando la realidad que mis ojos observaban; una realidad que escudriñaba buscando aquello que me conmovía y me emocionaba, siempre del natural: la luz que inundaba una estancia, el color de unas frutas, los cacharros abandonados que ya a nadie le interesan, unas flores recién cortadas o cuando con el paso de los días se marchitaban, un paisaje, algún retrato…Siempre me he expresado con tonos fríos y grises, al color rojo le huía. La verdad es que no sé bien porqué.

Hoy, en esta esquina del tiempo en la que me encuentro, como dice un poema de José Saramago, estoy realizando el sueño de mi vida: tener una formación más amplia en arte y en pintura, y dedicarle más tiempo. El hecho de haber decidido matricularme en la facultad de Bellas Artes de Granada me está llenando totalmente. He abierto mi mente al arte nuevo, estoy adquiriendo nuevos y más profundos conocimientos sobre el mismo para poder comprenderlo y tener elementos de juicio a la hora de opinar. Es una suerte dar con un profesorado que nos aporte.


Mi trayectoria de trabajo se puede sintetizar de la manera siguiente:


COMENCÉ hace muchos años haciendo obra realista. He pasado por una figuración más o menos intimista con una gama de color contenida y he acabado instalándome, actualmente, en un arte menos figurativo, más conceptual, llegando a cierto escarceo con la abstracción, con la que reconozco que mejor expreso mis sentimientos. Esta última etapa en la que me encuentro, ha pasado por diferentes momentos:

• Comienzo a deshacerme de la estructura real de lo que veo y a través de las manchas, envuelvo ciertas referencias figurativas. La técnica de la que me sirvo en esta primera etapa, es la acuarela, la transparencia del color, su luminosidad, los fundidos, alguna grafía… me permiten expresar en cada momento lo que siento. Comienzo a utilizar el color mucho más atrevido y me sorprendo colocando los rojos que apenas se percibían en mis trabajos. La técnica mixta sobre papel, también la descubro. En estos momentos me interesa muchísimo Kandinsky y su teoría del color.
• Posteriormente, he necesitado enfrentarme a las texturas; las había trabajado muy poco. El soporte que utilizo es, sobre todo, papel y madera; la pintura: acrílica, acuarela, tintas, ceras, alkyl, arena, polvo de mármol, trozos de madera. Aprendo de los informalistas. Me encanta la sobriedad y solidez de la obra de Tàpies y el lirismo poético de Lucio Muñoz.
• En la actualidad pienso que la evolución personal del arte no acaba nunca. Sólo el trabajo continuado en el tiempo, la experimentación y la reflexión de lo que haga, será lo que me lleve a evolucionar y a estar mínimamente satisfecha con mi trabajo.





















































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