jueves, 16 de junio de 2011

TERMINA EL CURSO


Debo reconocer que el curso ha pasado en un vuelo, como la luz de la luna en el eclipse de esta noche. A pesar de ello lo he disfrutado tanto, que no me pesan los kilómetros que he tenido que hacer en estos nueve meses.

Hay docentes que son decisivos en nuestras vidas, sobre todo, en la edad de la adolescencia. Reconozco que yo me he topado con algunos muy buenos, y no quiero caer en el tópico maniqueo de buenos y malos. Pero hay algunos que calan, que te llegan al alma y suponen las claves a partir de las cuales comprendemos cuán valioso es el conocimiento. En este curso, he encontrado alguno. También a compañeras y compañeros, tan jóvenes, de los que he aprendido mucho.

Nuestra Facultad de Bellas Artes, como el resto de facultades, está inmersa en un contexto de cambios y adaptaciones al Espacio Europeo que, a veces, nos ilusiona y otras no da vértigo. Pero a mi edad, la universidad se ha convertido en ese lugar en el que siempre podré mejorar y perfeccionar mi conocimiento. Y, en ese sentido, mi eterno agradecimiento.

FELIZ VERANO A TODAS Y A TODOS

miércoles, 15 de junio de 2011

SOBRE LA OBRA DE JOAN HERNÁNDEZ PIJUAN















“El espacio es el protagonista total del cuadro”

Esta frase del pintor catalán, quizás, nos pueda dar muchas de las claves que hilvanan su trayectoria pictórica y la manera con la que se enfrentó a su proceso de trabajo.

Ayer, el profesor y Vicedecano de Cultura y Estudiantes de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona, Josep Montoya, nos deleitó con un singular recorrido por la mirada, actitud y pensamiento del pintor catalán Hernández Pijuan en su pintura, con motivo de la exposición que sobre el artista se puede ver en estos días en el palacio de la Madraza de la ciudad de Granada.

Siempre he pensado que la pintura de Hernández Pijuan, de entrada, es una pintura compleja por lo desnuda, sintética, austera, silenciosa, cadenciosa, por lo libre, por lo plástica y, quizás también intuía, por lo sincera y honesta.

El profesor Montoya, que ha tenido una relación personal con el artista y es un estudioso de su obra, hizo una reflexión como él mismo señaló, de pensar a posteriori cómo ha sido el encuentro y las conversaciones con Pijuan. Y estructuró la charla alrededor de tres conceptos esenciales a tener en cuenta a la hora de enfrentarnos a la obra del pintor catalán: tiempo, orden y posicionamiento.

  • TIEMPO DUAL: el que se sucede en la ciudad, tiempo de acumulación, de fragilidad, en el que trabaja con materiales frágiles como el papel y materiales fluidos. Y el tiempo que se sucede en el campo, tiempo de despojamiento, que marca el ritmo vital de otro modo, no tanto en la extensión sino que obliga a cumplir con lo necesario y a eliminar la frivolidad de todo lo que se contempla; por ello, su pintura se densifica y los materiales que se utilizan son más contundentes. Pintor y pintura, frente a frente.
  • ORDEN, en el sentido de organización de las partes para hacer una pintura personal y precisa y en la que Pijuan toma tres actitudes:

- percibir / sentir

- interiorizar / memorizar

- constatar / manifestar

· POSICIONAMIENTO. Todo lo percibido es material sensible para hacer pintura. Pero en este percibir-sentir, el pintor toma el posicionamiento de deriva de la mirada en lo aparentemente conocido. Mirada conseguida, también en su persistencia y en el ritual realizado en el estudio, en la práctica de la pintura. Siendo para Pijuan la práctica de la pintura como práctica del conocimiento. Actitud que parte de la necesidad de pintar en silencio, de atención a los pequeños signos, gestos, de contemplación. Tiempo de contemplación y silencio como máximo ejercicio para sentir y conseguir la obra.

El arte si existe, dice Pijuan, es en el taller. Y es en el taller donde el compromiso con el arte se hace patente, el compromiso con un concepto del tiempo más lento y moroso, que le lleva a pensar desde el arte, desde la coherencia, desde el compromiso. Es la búsqueda de un conocimiento más completo, más complejo, más preciso de la pintura, sin sobresaltos, sin espectacularidad ni artificio. El arte siempre como cuestionamiento, como pensamiento y meditación que, en su caso, se transforma en una confesión vital que se trasluce en la esencia de sus paisajes desnudos e íntimos, en las incisiones firmes sobre la materia, en su manifestación sintética, en la sobriedad de su color, en el silencio de sus espacios, en su mirada como pensamiento.

Termino con dos frases de Pijuan que comparto:

Mientras haya emoción, no hay repetición

Los cuadros se parecen a quienes los pintan

ÚLTIMO EJERCICIO DE CLASE



Han sido muchos las dificultades personales que he tenido para concluir este ejercicio. Teníamos que interpretar y trabajar con colores enteros. Yo he utilizado los complementarios y he reforzado la línea de contorno en negro que da cierto hieratismo a la figura.